La psicología ambiental hizo
su aparición en los años 70. Se basa en el estudio de la relación del individuo
con el medio ambiente dentro del cual evoluciona, es decir, parte de la idea de
que la experiencia humana está ligada a la experiencia con el entorno.
Basándonos en lo
anterior, el medio ambiente es una parte integrante del comportamiento humano,
es el lugar donde se viven y se desarrollan las personas: donde adquieren su
identidad. El medio ambiente nos aporta información sobre las personas que lo
habitan.
Podríamos, en primer
lugar, señalar dos tipos de ambientes, por un lado, el medio ambiente natural
que lo constituye los ecosistemas, la naturaleza y sus fenómenos y, por otro lado, el medio ambiente construido
que no es natural sino un artificio creado por el ser humano. Ambos nos rodean
y nos condicionan.
Moser & Uzzell
(2003) diferenciaron 4 niveles de interacción del individuo con su medio.
Nivel 2: AMBIENTE DE
PROXIMIDAD. Se trata de un ambiente que desarrolla dentro de un espacio
semi-público y semi-privado y el apego a ese lugar depende de lo social y lo
físico; del agrado u hostilidad que nos ocasione y de su belleza visual.
(vecindario-centro de estudios-barrio).
Nivel 3: ESPACIO
PÚBLICO. Nuestra ciudad. Dentro de esta
existe mucha diversidad, de opciones de ocio.
La seguridad de esta,
los niveles de delincuencia, la polución son aspectos negativos de esta escala
que también nos condiciona y afecta.
Nivel 4: PLANETA TIERRA.
Formamos parte de este y en esta escala participa el compromiso por y para la
protección de esta a través de comportamientos ecológicos.
He desarrollado un
concepto que engloba esta manera de diseñar, construir y colonizar porque creo
firmemente que la felicidad de las personas está muy ligada a esos niveles
antes expuestos siendo necesario tener cerca su esencia y/o origen, es decir, la
naturaleza.
El concepto del que
hablo lo denominé "Arquitectura del
Oxígeno". No es sólo una manera de construir o diseñar, sino que esta
idea tiene que contemplarse en todos los
niveles, es decir, a todas las escalas: La ciudad, el barrio, la Universidad,
tu casa, su espacio interior, tu vida.
Somos naturaleza, somos
parte del ciclo. La desnaturalización de la persona, el alejarse de su propio
origen o identidad está provocando que cada día estemos más desorientados,
seamos más frívolos y menos felices.
Volver a la naturaleza
es la clave para volver a ser lo que somos y desvincularse de esta idea es
vivir al margen de un ciclo maravilloso donde nada es en vano, donde el fin es
principio.
Partiendo de esta idea
la intención es recorrer cada una de estas escalas proponiendo aquellos sistemas o
estrategias que favorecen la sostenibilidad.
MODO
DE VIDA. Vivir una vida más sencilla. El consumo colaborativo
y no compulsivo, la alimentación consciente, desempeñar actividades éticas, la
manera de movernos en la ciudad, el compromiso en el día a día por reciclar y
no contaminar, etc.
Basado, respecto a la clasificación de niveles
anterior, en el nivel 4 (Planeta Tierra) porque requiere de ese compromiso con
el entorno al sentirnos formar parte del ciclo natural.
TU
ESPACIO. Hay elementos que procuran a un espacio interior más
confortabilidad como el tipo de material o la luz. Por ejemplo, la madera es un
material que nos es más cercano que cualquier tipo de material plástico porque
procede de la naturaleza. Los espacios luminosos y abiertos resultan más
agradables y la existencia de vegetación en balcones, terrazas o ventanas nos
alegra por su color y por tener cerca lo natural, la vida.

Pero, además, existen determinadas
estrategias constructivas y/o arquitectónicas que tienen una repercusión en el
barrio y, por tanto, en la ciudad. Un ejemplo evidente serían las fachadas
vegetales o también denominados jardines
verticales que no sólo son un fantástico elemento que mejora la inercia
térmica del muro sino que embellece el lugar que ocupa y reduce los niveles de
CO2 . Por otro lado, cada
vez es mayor al tendencia a aprovechar las cubiertas para instalar huertos urbanos o jardines que
térmicamente tienen muchos beneficios y que, además, enriquecen al vecindario,
aportan oxígeno y convierten un espacio no utilizado hasta ahora en un lugar de
encuentro.
ECOBARRIOS.
Son aquellos donde la compacidad y el reparto equitativo de servicios es fundamental
porque refuerza el barrio, evita las denominadas "ciudades
dormitorios" y reduce el uso del coche. Han de tener un transporte público
eficiente que favorezca el uso del mismo, carriles para bicicletas y zonas
verdes. Estas últimas resultan un factor importantísimo para las ciudades que
necesitan compensar toda esa polución con cuidadas zonas verdes y árboles.
Además de todo
esto, los ecobarrios plantean una
gestión de residuos eficiente y organizada y, en muchos planteamientos, equipos
integrados que abastezcan energéticamente a grupos de bloques de viviendas.
Un concepto de ciudad
muy interesante son las denominadas smart cities o ciudades inteligentes cuyo
desarrollo de servicios es eficiente y
está coordinado. Se apoya en las nuevas tecnologías porque estas favorecen la
conectividad entre los servicios y las personas.
Cada día este
planteamiento es más sencillo de poner en marcha y más frecuente. Saber cuáles
son los servicios más próximos a nuestra
ubicación, cuantos minutos tardará en llegar el autobús o el tren, es
información que actualmente ya podemos manejar en tiempo real desde nuestro
propio teléfono móvil o pantallas informativas. Todo esto ayuda a reducir las
emisiones de CO2 y que las ciudades que son focos de enorme actividad sean más eficientes
reduciendo sus niveles de polución enfatizados por el tráfico, fomentar el uso
del transporte privado además de favorecer la estabilidad social.
La tendencia debe procurar
espacios más naturales, construcciones bioclimáticas, barrios integrados y
conectados con la ciudad conservando su propia autonomía energética y de
servicios, redes de transporte público bien establecidas y todo ello ayudado por las nuevas tecnologías.
Para concluir, me
gustaría reflexionar acerca de lo
importante que resulta el cambio, como individuos para así cambiar como
sociedad. El problema es que no resulta rentable la autonomía energética de los
ciudadanos o que un dispositivo dure muchos años en un mundo movido por el
dinero pero sí lo es en un mundo consciente.
Si no cambiamos de
paradigma, de motor, en pocos años habremos destruido el planeta y no habrá
dinero que enmiende ese error. Está en las personas iniciar otra manera de
concebir el consumo, la vivienda y la ciudad.
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muy buen artículo y cómo has relacionado la psicología ambiental con la arquitectura. Te felicito!
ResponderEliminar¡Qué pena no saber tu nombre!. Muchas gracias, me alegro que te gustase :)
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