Este pasado domingo, 8 de
diciembre me encontré esta noticia en el periódico y quería compartirla porque
me ha parecido muy interesante por lo que puede repercutir su ejecución y
éxito.
"Chimenea solar. Un siglo después, el sueño de un ingeniero español ve la luz"
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Artículo Chimenea solar |
El proyecto energético “Chimenea
Solar” fue la idea de un español, Isidoro Cabanyes, coronel de artillería que
en 1903 diseñaba una torre que basándose en el fenómeno de la convección (el
aire caliente pesa menos y tiende a ascender) suponía un importante avance en
la generación de electricidad.
No fue posible llevarse a
cabo ese proyecto hasta que en 1982 en Manzanares (Ciudad Real) con ingeniería
y financiación alemana se construyó una torre de 195 metros de altura y un
diámetro de 10 metros. Durante 7 años estuvo en funcionamiento generando una potencia
máxima de 50 kW y en 1989 una tormenta dañó los tensores que sustentaban la
torre y no volvió a funcionar.
100 años después, esta vez
de la mano de ingenieros británicos de la Universidad de Londres a petición del
mayor observatorio astronómico del mundo: ALMA en Atacama(chile), se llevará a
cabo esta idea pero con una altura asombrosa, nada menos que 1 kilómetro de
altura (805m más que el proyecto anterior) para conseguir así rentabilidad
económica, eso sí, haciendo de este proyecto de innovación energética un
proyecto con complejidad , además, arquitectónica.
Una comparación de escala
muy gráfica que figura en este artículo y que, creo, ayudará a imaginar la
magnitud del proyecto es la siguiente: El Empire State de Nueva York tiene una
altura máxima que no llega a los 450 metros. Desde luego con este dato es fácil
entender la magnitud monumental de esta chimenea
solar.
¿Cómo hacerlo posible?
Para que resulte ligero,
el aeronáutico sueco Per Lindstrand propone hacer una torre inflable con un
material textil.
Esta idea permitirá poder
presupuestar este proyecto a 14 millones de euros, en vez de por ejemplo, 550 millones
si fuese hormigón, así que el ahorro es sustancial.
¿Cómo funciona?
“Este mecanismo combina la
tecnología solar térmica, eólica y geotérmica”.
Su funcionamiento consiste
en lo siguiente: La base es un invernadero que recoge la radiación solar
durante el día calentando así el aire de su interior. El almacenamiento solar térmico
lo asimila el suelo recurriendo a bolsas de agua salada, betún o grava.
Ese aire caliente que tiende
a ascender pasará por unas turbinas situadas justo en el inicio de la torre y
subirá hasta arriba, el paso de este aire activará el movimiento de las
turbinas y estas generarán electricidad.
Durante la noche o en un
día sin sol, como se acumula este calor en el terreno, el invernadero sigue
acumulando aire caliente y el procedimiento no se interrumpe, la torre seguirá funcionando, esa es la idea.
¿Ventajas?
¡Muchas! Puede ser una
alternativa muy buena a los campos de paneles fotovoltaicos en lugares con alta
actividad sísmica porque el mantenimiento de las placas en lugares así es
bastante complicado o en zonas desérticas donde la arena obstruye los paneles y su limpieza requiere de agua.
¿Posibles dificultades?
El material hinchable, su
perdurabilidad, como hacer que este resista al sol, al viento, al aire caliente
de su interior, etc.
La verdad es que si este
proyecto tiene éxito y parece que tiene muchas posibilidades, es una potente
alternativa de generación de electricidad como energía renovable. Si bien es
cierto que supone una infraestructura con mucha presencia en el lugar pero que
para lugares desérticos o con dificultades para generar electricidad con
paneles fotovoltaicos es una gran oportunidad. Veremos qué pasa.
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